Las clases en el colegio ya no son lo que eran antes. La visión actual (y habitual) de la educación en países desarrollados puede ser algo como esto: En primaria un niño de 7 años aventajado en la lectura respecto de sus compañeros de clase se conecta vía Internet a un curso de lectura rápida, más especializado que los libros impresos que usan sus compañeros de salón. Utiliza un dispositivo móvil para competir en juegos de matemáticas con niños de todo el mundo. Gran parte de su tarea consiste en escoger un tema en el que está interesado, investigarlo por su cuenta y luego informar en una discusión en el aula.
Con este nivel de interacción tecnológica y capacidad intelectual, tal vez imaginar la educación universitaria para un niño con este acceso a las posibilidades actuales, probablemente no sea algo fácil de proyectar, por lo que especular sobre cambios que tendrán lugar durante los próximos 10 a 15 años sea una tarea digna de la ciencia ficción. Hoy en día sin embargo la realidad es que las dos principales tendencias que están creciendo rápidamente son el aprendizaje en línea y la formación profesional.
APRENDIZAJE EN LÍNEA
En los últimos años, hemos sido testigos del aumento de los “massive open online courses” (MOOCS por sus siglas en inglés) o cursos en línea abiertos al público, que son clases en línea con la particularidad de permitir una participación ilimitada y el acceso abierto a través de la web. Los MOOCs consisten en una variedad de materiales, desde conferencias en video y lecturas asignadas a concursos, test y foros de usuarios interactivos entre los que se incluyen instructores, estudiantes y monitores de clase. La tecnología actual, sin embargo, requiere algunos ajustes.
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“Las MOOCs no funcionan tan bien porque la gente sólo toma una clase a la vez y luego no la termina porque no es convincente”, dice Erica Orange, vicepresidenta ejecutiva de la consultora de negocios de Nueva York The Future Hunters y miembro de DeVry University Career Advisory Board. “La próxima generación de MOOCs será sensorialmente inmersiva, aprovechando la realidad virtual para poner a los estudiantes en el mundo que están estudiando. En lugar de tener que memorizar hechos sobre la Guerra Civil, por ejemplo, un estudiante en un MOOC futuro estará en el campo de batalla. ”
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Los nuevos modos de aprendizaje en línea atenderán más eficazmente a la Generación Z – o aquellos estudiantes nacidos después de mediados de los años noventa. “Los Z-ers más viejos de la generación han sido forzados a aprender en el modelo industrializado de la escuela, que no ha cambiado lo suficiente desde hace varias décadas y estamos viendo todos estos problemas de la atención,” Orange dice. “Su cerebro está conectado de manera diferente y en realidad funcionan mejor con la interacción de una variedad de fuentes”.
FORMACIÓN PROFESIONAL
A medida que nos acercamos a mediados de siglo, la confirmación de contar con educación estará más ligada a las habilidades que se han a adquirido que al grado adquirido. “Los costos de la universidad tradicional continúan aumentando sin ningún control, así que muchos pondrán sobre la balanza el precio y tomarán un atajo tecnológico”, dice Orange.
La formación profesional ha sido golpeada durante décadas, pero está al borde de un gran cambio de imagen. “Ahora lo llamamos educación basada en competencias, que se centra en el dominio de las habilidades relacionadas con el trabajo en lugar de dominar una disciplina académica particular”, dice Orange. Ella cita los ejemplos de los campos de entrenamiento de codificación dedicados a los desarrolladores de software, así como programas más largos incluyendo P-Tech, la escuela secundaria de seis años de IBM, donde los estudiantes ingresan con cero en habilidades esenciales STEM y salen de dicha escuela con graduados como profesionales especializados y con prioridad para ser elegidos en un trabajo con IBM.
Su cerebro está conectado de manera diferente y en realidad funcionan mejor con la interacción de una variedad de fuentes – Erika Orange
Los capitalistas de riesgo y los emprendedores exitosos están entrando al juego también, proporcionando la mentoría y el financiamiento para las ideas prometedoras del negocio provenientes de nuevos jóvenes en etapas tempranas de su emprendimiento. “El cofundador de Paypal y empresario en serie, Peter Thiel está a la vanguardia de estas incubadoras educativas”, dice Orange. “En 2010, creó la Thiel Fellowship, otorgando $ 100,000 a 20 personas menores de 20 años con el fin de estimularles a abandonar la universidad y crear sus propias empresas. La Fundación Thiel lanzó entonces Breakout Labs, un programa de donaciones que financia la investigación científica radical e innovadora “.
Thiel es uno de los inversores de riesgo más astutos de las últimas décadas y desde su apoyo a Facebook en sus inicios, se ha caracterizado por tener el olfato afinado en extremo para detectar donde debe poner su dinero.
Si usted habla con adolescentes de la Generación Z-ers, muchos afirmarán tener la intención de ingresar a la universidad tradicional y obtener un título pero las razones están más enfocadas en cumplir los requisitos del mundo laboral actual y la posibilidad de establecer conexiones de valor, que por los conocimientos o habilidades que adquirirán. Muchos tienen muy claro lo quieren hacer y saben donde encontrar los medios para lograrlo y dichos medios no necesariamente pasarán por la educación tradicional.
